CONTRAPUNTO 1.- LA CURVA MELÓDICA (I)
1. La curva melódica
El perfil de una melodía se puede captar con una simple mirada a la música. La expresión curva melódica describe éste perfil, si bien una minuciosa representación gráfica del perfil de una melodía mostraría una serie de movimientos angulosos. Por ejemplo, una escala ascendente en tiempo moderado se dibujaría como un tramo de escalera, mientras que el efecto musical es el de una línea continua en una dirección. De tal forma que el término curva no es más que un término que nos ayuda a sugerir la cualidad esencial de continuidad musical y para acentuar que los pequeños adornos y requiebros no afectan al curso principal de la línea melódica.La unidad tomada como extensión de la línea melódica, coincide en general con la longitud de una frase musical, lo cual permite una cantidad infinita de variantes. Sin embargo, con mucho, el tipo más usual de curva melódica es el que se puede ver como ejemplo en el siguiente fragmento de Beethoven.
Esta curva asciende desde su sonido más grave, La, hasta su punto más agudo, Sib, alcanzado en el quinto compás para terminar en el Do#, una nota de la mitad inferior de su ámbito de novena. Este fragmento es un ejemplo de línea ondulante, con los puntos agudos secundarios Fa y Sol, cuando sube, y de nuevo Fa en el séptimo compás. Estos puntos agudos secundarios tienen además importancia rítmica y la relación de altura existente entre ellos es un aspecto destacable del perfil melódico.
Obsérvese que casi todo el movimiento
melódico va por grados conjuntos y que, en toda la frase, no hay más que cinco
intervalos mayores que una segunda. Estos son tres terceras menores, una cuarta
justa y una séptima disminuida. A medida que se analizan más melodías, se puede
apreciar que la regla general es el movimiento conjunto y que los saltos se
emplean para obtener variedad.
Veamos dos ejemplos más de este tipo de
curva melódica. Se diferencian de la melodía de Beethoven en la situación del
punto culminante de la curva melódica. En el primer ejemplo, el punto más agudo
de la línea se halla algo más cerca del principio y el descenso se realiza de
forma gradual.
En el segundo ejemplo el punto culminante de la curva melódica se encuentra a mitad de la frase.
La curva melódica que se muestra a
continuación es de un tipo mucho menos frecuente. Al contrario que en el
ejemplo de Beethoven, la curva melódica comienza y acaba en los puntos agudos,
inclinándose hacia su punto más grave cerca de la mitad de la melodía.
En este otro ejemplo extraído de una
melodía de Mozart, se combinan los rasgos de los dos primeros tipos descritos
anteriormente. Su primera parte se parece a la curva del ejemplo anterior, pero
su punto agudo aparece justo antes del último compás, seguido de un descenso
bastante rápido.
Existen así mismo frases melódicas, como la que vemos en este fragmento de Chopin, que comienzan con su punto agudo y acaban en uno más grave. Sin embargo, los ejemplos de este tipo son relativamente infrecuentes.
En este fragmento de Mendelssohn se
muestra una frase que comienza en el punto grave y acaba en el más agudo. En
este tipo de línea ascendente se suele esperar un crescendo, de acuerdo con la
tendencia natural de la lengua hablada de asociar un incremento de la
intensidad con la altura del sonido.
A pesar de que resulta evidente que esta regla natural se observa en las dinámicas que se aplican a la mayor parte de la música, hay que ser cuidadoso, ya que el matiz contrario, es decir, que la intensidad sonora disminuya a medida que asciende la altura del sonido, puede ser un matiz expresamente buscado por el compositor y si no se presta la adecuada atención, uno se puede dejar llevar por la tendencia natural de que hablábamos.
A pesar de que resulta evidente que esta regla natural se observa en las dinámicas que se aplican a la mayor parte de la música, hay que ser cuidadoso, ya que el matiz contrario, es decir, que la intensidad sonora disminuya a medida que asciende la altura del sonido, puede ser un matiz expresamente buscado por el compositor y si no se presta la adecuada atención, uno se puede dejar llevar por la tendencia natural de que hablábamos.
En este último ejemplo, encontramos
también el tipo de línea que sube poco a poco hasta acabar en el punto más
agudo. El inicio es algo diferente, ya que el primer motivo abarca la mitad del
ámbito melódico. Es necesario recordar que Bach no proporcionó en su música
para clavicordio indicaciones dinámicas.
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